domingo, 2 de abril de 2017

Antes de la muerte.

Solamente es un pensamiento. Solamente lo piensas. Nunca llegas a hacerlo realidad.
Lo que los demás creen que es un pensamiento, en nuestras entrañas es un sentimiento, que hiere, que se apaga, se enciende, que te hace pensar, llorar, e incluso, abandonar.
Hoy en día se habla mucho del suicidio. No es que esté a favor ni en contra de ello. El que quiera hacerlo, que lo haga. Muchos piensan que los suicidas tienen algún tipo de trastorno mental o algo por el estilo.
Yo, personalmente, no pienso así. No voy a mentir, sí que se me ha pasado por la cabeza el dejar este mundo, después de empezar a pensar, empiezas a recapacitar y te das cuenta de que este mundo no está hecho para ti. ¿Para qué vivir si hay que morir?
A todos se nos a pasado esa pregunta por la cabeza alguna vez. No tiene sentido tener que sufrir para después acabar entre cemento. Pero, con esto, quiero decir que no todos los que piensan y pensamos así son locos mentales. Son personas, que, mayoritariamente, son las que más han sufrido. Ese sufrimiento es el que los lleva al lloro, el lloro al pensamiento, el pensamiento a la rabia, la rabia a la fuerza, la fuerza a la valentía, y la valentía, a la muerte.
En mi opinión, algo que he aprendido al cabo de los años, es que, no eres tú el que tiene la culpa, no creas que eres tú el fracasado, el que todo lo hace mal, el torpe, el mierdas de siempre. Eso es la persona que te ha hecho creer eso, porque, ese sentimiento es consecuencia de una represión sufrida por culpa de algo o alguien, por esos insultos, por esos maltratos físicos y psicológicos.
Esa gente, es la que te hace pensar que tú eres el problema, que tú eres el motivo de que todo falle. Y no es así.
Con esto quiero hacer un llamamiento a todas esas personas que se sienten derrotadas por la vida, sin ganas de levantarse por las mañanas. A todas esas personas que hace tiempo que dejaron su sonrisa atrás para dar paso a las lágrimas.
Sé que hay muchos y muchos textos de estos por internet, sé que, por mucho que los leáis, muchos ni siquiera acabarán de leer el texto, por el simple hecho de que no creen que la persona que lo haya escrito sepa de que habla, sepa lo que sientes, que no sepa lo que estás pasando.
Pues bien, brevemente os contaré, que, llevo sufriendo bastante tiempo. Mi madre murió cuando yo tenía tan solo 5 años. Era una cría, no entendía muy bien lo que pasaba, pero sabía que no volvería a verla. Desde entonces, mi padre me dejó de lado, supuestamente porque no podía cuidar de mí por el trabajo.
Bien, eso podía llegar a comprenderlo, pero me mandó con mis abuelos. No os confundáis, los quiero con toda mi alma, pero ellos ya criaron a sus hijos en su tiempo, no tenían porqué cuidar otra niña más con sus 70 años.
Bueno, el caso es que después me mandó con mis tíos, los cuales tuvieron un hijo al año de vivir con ellos, y ya era bastante carga.
No quiero enrollarme más con esto, publicaré algo contando mi vida entera, ahora no es el momento.
Al fin, mi padre no pagaba nada, no tenía apenas ropa, no tenía apenas familia, no me sentía parte de nada. Él, él fue quién me ha subordinado todo este tiempo, el que me hizo sentir así. El que aún me hace sentir así. Ahora vivo con él, y aún es peor. No puedo hacer nada, no soy más que su chacha. Todavía no le he visto coger una escoba.
Añoro a mi madre. Y ahora, me he dado cuenta de que es él el fracasado, no yo, y la vida se lo pagará, le pondrá en su sitio.

Con esto quiero decir que sé bastante lo que es el sufrimiento, entiendo que haya personas que han sufrido más, pero estamos para apoyarnos entre toda esa gente.

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Mi vida no vale nada, ni el diablo intentaría sobornarme por ella.

Bueno, creo que va siendo hora de hablar sobre mi madre y los recuerdos que me dejó. Con ellos, intentó enseñarme lo que no pudo en persona...